\ El Protocolo establece pautas y circuitos de actuación y de derivación, e incluye todos los recursos sociales, jurídicos, psicológicos y de acogida de las Illas Baleares

\ Salud ha distribudo 600 copias del documento y 4.000 guías rápidas entre centros de salud, hospitales y tres dispositivos asistenciales

La Conselleria de Salud, a través de la Coordinación de Salud y Género, ha impulsado el Protocolo de actuación sanitaria ante la violencia machista, herramienta cuyo fin es ayudar al personal de los centros sanitarios a ofrecer una atención integral y unificar las actuaciones para detectar, asistir, informar y apoyar a las mujeres maltratadas y a sus niños y familias.  El Protocolo va acompañado de un plan específico de formación para  el personal de los centros sanitarios.
 
Así lo ha explicado la consellera de Salud, Patricia Gómez, durante la presentación de dicho documento, acto en el que también han participado la consellera de Presidencia, Pilar Costa; la directora general de Salud Pública y Participación, Maria Ramos; la coordinadora de Salud y Género, Carme Vidal, y la directora del Instituto Balear de la Mujer, Rosa Cursach.

La consellera Pilar Costa ha señalado que “desearía no estar aquí en estos momentos y no tener que presentar un protocolo de actuación sanitaria ante la violencia machista, pero la realidad es otra. La violencia machista sigue siendo una lacra que, en lo que va de año, ha provocado el asesinato de 43 mujeres y 7 niños y, lo peor de todo es que los asesinatos son la punta del iceberg de un problema de Estado que todavía hoy permanece oculto o silenciado en demasiadas ocasiones”.
 
Costa ha explicado que por este motivo, “desde el Govern somos conscientes que esta lacra se tiene que abordar desde una perspectiva transversal, no solo con políticas públicas que combatan la raíz del problema y ofrezcan asistencia y protección a las víctimas, sino también con la implicación del conjunto de la sociedad, con el compromiso activo de cada uno de nosotros en esta lucha”.
 
Por su parte, Patricia Gómez ha especificado que Salud ya ha distribuido 600 copias del Protocolo y 4.000 guías rápidas entre centros de salud, hospitales y otros dispositivos asistenciales de las islas y que la Coordinación de Salud y Género ha asignado y formado a 150 profesionales de atención primaria y atención especializada para que sean referente en esta materia en sus centros. Asimismo, ha remarcado que el Protocolo va acompañado de un plan ambicioso de formación para todo el personal sanitario.
 
La consejera ha declarado que la violencia machista es “un problema de salud pública de proporciones epidémicas” que sólo podrá combatirse y erradicarse si se implica toda la sociedad. En este sentido, ha remarcado que el personal de la salud juega un papel crucial en la detección precoz y apoyo a las mujeres, sus hijas e hijos que sufren maltratos, ya que la mayoría de ellas entran en contacto con ellos en algún momento de su vida.
 
Así pues, se ha considerado necesario ofrecer a los profesionales pautas de actuación en caso de sospecha así como información de todos los recursos de los que dispone la comunidad para apoyar a las mujeres maltratadas. Este es el objetivo del Protocolo.
 
La coordinadora del documento, Carme Vidal, ha destacado que en el documento —en cuya elaboración han participado una veintena de profesionales— se incluye información muy diversa relacionada, por ejemplo, con la violencia machista en el embarazo y el puerperio, la atención a las agresiones sexuales, la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual y la mutilación genital femenina.
 
Vidal, ha detallado que el documento se articula en cuatro apartados esenciales. El primero hace referencia a la detección del maltrato a través de preguntas generales que se formulan a la mujer, o mediante un cuestionario específico o a través de estrategias de investigación activa de síntomas o signos de sospecha. “Muchas mujeres confían en que se les pregunte para poder explicar sus circunstancias, y una pregunta sencilla que puede funcionar es simplemente ¿cómo van las cosas por casa?’”, ha señalado.
 
A continuación se presenta un cuestionario de valoración del tipo de violencia y el grado de peligro al que puede estar sometida la mujer y también sus hijos, y se propone un plan de seguridad que incluye recomendaciones dentro del hogar y consejos en caso de que la mujer tenga que abandonar la vivienda de forma urgente.
 
Carme Vidal ha recalcado que la actuación del personal sanitario no acaba al confirmarse una sospecha de maltrato, sino que, a partir de este instante, debe realizarse una labor de información, atención, seguimiento y, en su caso, derivación a otros recursos específicos que permitan empoderar a la mujer para que ésta recupere su capacidad de tomar decisiones. “En este punto es importantísimo el trabajo coordinado y la implicación de pediatría y trabajo social”, ha manifestado la coordinadora técnica del documento.
 
Así, la actuación del personal de salud debe adaptarse en función de sí la mujer reconoce o no el maltrato, del riesgo y la situación de peligro que corre.
 
El Protocolo incluye diferentes planes en función de si la mujer:

  • Presenta indicadores de sospecha y no reconoce que sufre maltrato.
  • Reconoce que sufre maltrato y no se percibe peligro.
  • Reconoce que sufre maltrato y se percibe peligro.
  • No reconoce que sufre maltrato y se percibe peligro.

El documento también indica que el personal de la salud, tras haber realizado una valoración del caso, si detecta lesiones y/o percibe peligro para la mujer y los niños, deberá comunicárselo al juzgado de guardia por teléfono, y enviándole el informe judicial de lesiones así como a la policía judicial.  Vidal ha señalado que con el objeto de facilitar y unificar esta tarea se ha elaborado un documento único de lesiones al que se ha añadido la perspectiva de género. De esta manera todos los centros públicos dispondrán de la misma herramienta, mucho más práctica y completa.
 
“Es muy importante que tanto el personal de la salud como las mujeres que acuden a un centro sanitario por maltrato conozcan las repercusiones que pueden derivarse de la comunicación de este hecho. El personal de la salud debe valorar si la mujer está preparada para ello o si el comunicar el caso de maltrato puede ponerla más en peligro, y debe garantizarse su seguridad”, añade el documento.
 
En el cuarto apartado se incluyen todos los recursos sociales, jurídicos, psicológicos y de acogida de los que dispone la comunidad autónoma en las cuatro islas y se indican números de teléfono, direcciones de correo electrónico y horarios de atención. Asimismo, el Protocolo establece diferentes circuitos de actuación y derivación a seguir por el personal sanitario para casos generales y casos de agresiones sexuales.
 
Vidal ha puesto de relieve que ante la violencia machista es importante que las administraciones públicas impulsen una actuación conjunta, coordinada e interdisciplinaria, que tenga en cuenta aspectos biológicos, psicológicos y sociales.
 
Puede accederse al Protocolo y a la guía rápida a través de salutigenere.caib.es.

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